Rutas de Vientó

De viaje en viaje siempre es bueno poner al día la memoria y poner al tanto los recorridos para refrescar invitar y vanagloriarse de las exquisiteces que se tiene oportunidad de sentir.

Hace un mes estoy viajando por el Perú encandilada por las noches del terror en Cuzco pero con el cuerpo recorrido de viajes y escenas escandalosamente in entendibles para el lente mundano y menos para el de la cámara.

Por aquí le comparto una de mis rutas realizadas hacia la ruinas de Choquequirao, antes de comenzarla Pablito leyó en un diario “Difícil de olvidar difícil de repetir” y creo que en algo concuerdo.

Llegando de la ruta que duraría 9 días comencé una reconstrucción con la que se pinta algo que lo que fue y sirve de trayecto alternativo para el joven andante en busca de vientó:

Para mi, un mega desafío, si una de mis pegas a sido trabajar la perseverancia, creo que este viaje fue un buen comienzo.

Primer dia:

8 de la noche Terminal de Cuzco, de ahí 4 horas por la
cordillera hasta el cruce para Cachoras, a oscuras sin luz, una
linterna roñosa sin pilas, tres carpas y lluvia y un alojamiento a las 1 am
en una planicie al lado de un camino que suponíamos nos llevaría donde
comenzaba el viaje.

Segundo dia:

6 de la mañana con lluvia, armamos carpas y partimos con estomago vacío hacia Cachoras, imagínense campo chileno bien rural, y esos caminos embarrados con los que te encuentras con toros, burros y bacas
-mis compañeros resultaron bastante cobardes para
los animales!!-
Por ahí descendimos durante 2 horas y media con mochilas de 20 kilos cada una aprox. Llegamos finalmente a cachorras donde tomamos desayuno (Asunción nos recibió en su casa nos prestó brasas y tomamos cebada con leche) y proseguimos viajes hacia
Choquequirao.

Pueblo muerto, unos tres taxis, y nos ofrecieron unos burros para
cargar equipaje hacia las ruinas pero no los aceptamos
-Días después entendimos porque la gente los tomaba-

Finalmente tomamos una camioneta hasta el kilómetro 9, caminamos hasta
el kilómetros 19 al cual llegamos a las 7 de la noche, un camino en
bajada

¡imagínense lo que significa bajar una MONTAÑA!

Solo a los inkas se les ocurre construir su imperio ten la cresta del mundo!!!!
Nosotros creíamos que bajar seria un descanso pero es tan terrible
como escalar; montañas con derrumbes, resbalosas, muy inclinadas, sol,
lluvia, invierno boliviano, 19 kilómetros sin encontrar un resto de
vida humana. Pero se llega, nos recibieron lugareños
cocinamos en brasa y a dormir.

Tercer día:

6 de la mañana en pie, desayuno: tallarines con huevo,descenso nuevamente hasta el kilómetro 21 donde esta el puente para cruzar a Choquequirao, esos dos kilómetro los hicimos en 1 hora.
¡¡¡Llegue primera!!!!

Y aquí empieza la travesía mas difícil de todas, 9 kilómetros en
subida, zigzag empinados, con un descanso en el kilómetros 4, esta vez
demoramos 5 horas en llegar al kilómetros 4. Sol terrible, escasez de
agua, mochilas cargadas, montaña enorme, altura de 3104 mtrs.

Día agresivo, yo no tengo palabras para dar a conocer esto, grave unos
videos en algunos kilómetros que cuando los vean quizá puedan
llegar a imaginarlo el resto queda en la memoria colectiva de los presentes.
De todas formas llegué tercera!!!! puse a prueba mi fuerza de
voluntad, mi calma, mi mente, mi perseverancia y a mi cuerpo que al
parecer tuvo memoria deportiva para acompañarme, de todas formas este
es definitivamente un viaje mental, estoy convencida.

No se puede omitir encomendé a dios, a la virgen
a mi ángel de la guardia, a mi abuelita, a mi familia y hasta a los
extraterrestres!!!!! (Es que no había tiempo para majaderías escépticas! ).

Lo que si se, es que suceden cosas de poca razon cognitiva en esa subida, un
Vientó, que no podría explicar, pero que trajo mucha calma y
energía como para no rendirce, ni llorar ni desesperarme como le paso
a varios de mis compañeros.
(jajaja si hasta hicieron un salud por mi desempeño ).

Finalmente llegamos a una localidad a la 8 de la noche, (allí
tienes luz hasta a 6:30 de la tarde y amanece a la 5am.) y nos recibió
Samuel, un pequeño de 15 años que estaba de dueño de casa a cargo de
Rut de 4 años –increíble-
Y nos prestó su terreno para alojar allí cocinamos esta vez con
nuestra cocinilla y nuevamente a dormir.

Cuarto día:

10am. Caminamos hacia Choquequirao, 4 kilómetros en sendero, así como
subir el San Cristóbal varias veces, pero era un camino mas menos
relajado. Hasta llegar al campamento que nos dejaba a 1.350mtros de
altura de las ruina, distancia que se recorre en subida.

Ese día no desayunamos ya que íbamos a probar el san pedro, una droga
natural, que posee mezcalina, aumenta los sentidos y unas cuantas sensaciones más.
En Perú esta al por mayor
– Lo venden en el mercado gritando casi como se grita en chile el“cuchufli mani barquillo”-.

Al llegar armamos carpas y comenzamos a preparar el brebaje.
Me pasaron mi parte, la bebí y puaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjj!!!!! Es asqueroso!
Solo di unos sorbos y decidí que no dejaría entrar en mi cuerpo algo
que no me pareciera agradable, aunque los efectos fuesen increíbles, así
es que finalmente desistí y comí porque estaba muerta de hambre. (creo que no
cambio la comida por nada, ni siquiera en Choquequirao).

En definitiva, ese día pagamos 6,60 soles que fue lo que regateamos
para entrar a las ruinas, y estuvimos todo el día allí, solo nosotros
ni un turista mas, como estar en el patio de tu casa pero en ves de
edificios rodeada de montañas que como comenté, te conmueven,
INEXPLICABLE, recorrimos las ruinas nos subimos a todas, cocinamos
dentro de una ruina casa, vimos un atardece increíble.

Arriba me fume un pito, el cuerpo estaba exhausto y el relajo era
extraño, una experiencia inimaginable, no me había sentido tan
protegida por la naturaleza como ese dia, saque muchas fotos, pero es
difícil contarlo, nosotros hemos conversado esto y es angustiante no
poder describir la experiencia, nos preguntamos de forma uno podría
mostrar este pedazo de mundo.

Imagínense que para hacer silencio solo bastaba con que los 7
cerráramos la boca pues no había nadie mas en una montaña entera!!!

Bueno luego de ese día, vimos un atardecer, el mas grande que mis ojos
han podido observar, y se nos izo tarde, tuvimos que bajar el
kilómetro a oscuras, con dos velas, igual peligroso peor no podíamos
quedarnos arriba, así que en trencito nos demoramos un par de horas
hasta llegar al campamento. Ese día estábamos muy excitados, era el
día culmine, el que te hacía valer todo el esfuerzo de los días
anteriores, así es que aun cansados preparamos comida, hicimos una
fogata y conversamos dos horas hasta que nos mato el cansancio. (Una
noche peti peti).

Quinto día:

Este día dormimos hasta el infinito -eso es hasta la 10am –
Y volvimos a subir a recorrer lo que no faltaba y disfrutar de nuestro
patio nuevamente. Y a las 3 de la tarde comenzó la otra parte del
viaje.

A estas alturas decidimos no hacer el recorrido hasta Machupichu, ya
que físicamente abría sido una tortura (aunque yo y el uruguayo
abríamos ido si todos hubiesen estado de acuerdo) pero sinceramente
era un esfuerzo físico para el que no estábamos preparados.
Así que empezamos el retorno.

Bajamos 15 minutos hacia donde debíamos cruzar el río por otro lado
para regresar por otras montañas a Cuzco, pero nos equivocamos de
camino lo que significo 40 minutos de retorno.
Empezamos el descenso, descenso mas peligros de todos, apoyados a las
paredes, muchos restos de ruinas (a, Choquequirao se a descubierto un
25% y se espera que en unos 10 años mas llegue a ser mas importante
que Machupichu cuando comiencen a descubrir el 75% restante).
Nos demoramos alrededor de 3 horas en bajar 7 kilómetros, cruzamos el
río, y bueno antes de eso me doble un tobillo, que me cago toda la
onda, me anduve desestabilizando

Cruzando el río había un lugar para acampar pero las ganas de llegar
luego a Cuzco eran grandes, además por mi tobillo tenia que aprovechar
que estaba caliente y seguir subiendo antes que colapsara.

Así es que es mismo día a las 6 de la tarde cuando quedaban 30 minutos
de día, empezamos a subir a una hacienda donde decían que había
frutas, bebidas, y platos de comida. Dijeron que demoraríamos 30
minutos (pero olvidamos que en el campo peruano el tiempo es una
variable muy extraña, todo hay que multiplicarlo como por 3)

Así es que nos pillamos nuevamente subiendo a oscuras, estas ves con
un sistema de velas mas producido dentro de la botellas de agua de 2
litros con ventanita y esta vez con mochila y carpa en mano. Aquí me
colapso el organismo, tuvieron que tomar mi mochila y esperarme a que
parara muchas veces, no se que abra pasado, pero el tobillo, mi útero
y la naturaleza se encargaron de recordarme que el esfuerzo físico
tiene un limite que hay que respetar.

Pero lo logramos, llegamos a la famosa hacienda, que era finalmente
una casa con tres palos parados, una familia con la que nos podíamos
comunicar muy poco, hablaban arto quechua, tocaban guitarra, pero
finalmente pudimos negociar un plato de comida por tres soles; una
arroz con salchipapas (delicioso). Tomamos una bebidas que tenían y
a dormir.

A! ellos tenia un oso hormiguero de mascota!!!

Sexto día:

6 am. Desarmar carpas y partir rumbo a Tombobamba, 8 kilómetros
algunos en subida pero la mayor parte era senderos inclinados hacia
arriba, yo diría que fue el camino mas dulce que tuvimos que recorrer
igual demoramos 3 horas hasta llegar aun lugar donde tomaríamos un
auto a la carretera pero como salía muy caro (caro: es cuando con esa
misma plata puedes comer dos días) decidimos caminar dos horas hacia
Huanipaca donde tomaríamos un auto hasta carretera y de ahí a Cuzco.
Esas dos horas fueron catastróficas, Nicolás se descontroló, los
cabros agotadísimos paraban a cada segundo, y los cuatro que
quedábamos llevábamos la delantera, un camino de mierda, lleno de piedras irregulares, el último tramo los últimos 4 kilómetros pero con un cuerpo ya no responde. Las mochilas iban
más livianas por la comida pero todo se veía negro.
Llegamos a Huanipaca y sabíamos que ya no caminaríamos más. Así que dejamos las
cosas y a buscar comida. Unos anticuchos de vaca con un papa en la
punta en una parrilla de dudosa procedencia pero más ricas que un
búfalo con cinco patas ¿habrá sido el hambre?. Cada anticucho
30 pesos chilenos, no había donde perderse.

Finalmente negociamos una taxi hasta el cruce de Cachoras (taxis de estilo ford station) donde nos metimos los 7 con mochila y todo.
Ultimo tramo en cachorras, nos dividimos y un grupo nos vinimos en otro
taxi, que gracias al universo no se fue por el barranco, los caminos
acá son curvos eternamente y todos manejan como de raly pero sin auto
de raly.

HAGANCE ESA!

Durante seis días si no estas caminando, estas comiendo y si no durmiendo.

Y aquí se está, sana, contenta, cansada, con el cuerpo molido, con picaduras escandalosamente pegadas al cuerpo pero impagable.

Gastos totales ruta a Choquequirao:
$ 25.000 pesos chilenos apróx.

Niveles de alegría:
Incalculables

Calidad del lente:
De un Vientó irreproducible

¿Ruta recomendable?:
Irremediablemente!! Se puede volar.

Pd: Igual llegamos a Machupichu:

PD: Me pregunto ¿Cómo andará el asunto del transantiago?

PD: A modo de ruta tránsfuga en unos días subiré la ruta personal y popular mente utilizada a Machupichu.

Vientó.-