Siguiendo el vientó

Con -sin- hijos
Sin -con- hijos
Parejas con -sin- hijos
Matrimonios sin -con- hijos
Papas con- sin- hijos
Mamas con- sin- hijos
Abuelos con -sin hijos
Tíos con -sin- hijos

Abc1, C2, C3

Familias, Castas, Linajes, Estirpes...

En un mundo (que al verbalizarlo pudiésemos pronunciarlo con cierto sentido de apropiación) tan fragmentado y sumado constantemente de juicios y muy pocas afirmaciones al respecto.
Resulta difícil concebir ideas de proyecciones eternas para el siglo XXI, sino más bien etéreas.

Que se respira hoy dentro de nuestros núcleos sociales, en que ya (me) da igual qué constituya nuestro entorno sino mas bien, de que calidad esta constituido este (reconozco que nos es una preocupación que acongoja a todos) pero para mi es una prioridad al momento de pensar en una realidad de millones de constructos reales, en el aquí y el ahora.

La calidez, el amor, los abrazos y los besos, parecieran permanecer ausentes en la proyección de vidas plenas, mas ancladas a la frivolidad de un mundo tecnológico que viaja ala velocidad de… (A estas alturas no se muy bien de que). Una tecnología que intento humanizar, pero que hoy por hoy, se piensa a la orden del día.

Sin duda es allí, entre disparates, bombos y majadería en que me recuerdan y repiten en reiteradas ocasiones “bienvenida al mundo de los seres humanos”, ya que sea como sea con o sin fierros hemos sido nosotros protagonistas de este misterio.

Escuchar de ti contar a la brevedad de tu familia y escuchar trés horas seguidas acerca de tus ideas y lo que devueltas entorno tu ombligo, repetir el terrible vivir en casa de tus padres y amenazar al tiempo con tu independencia inmediata, verte empecinada por encontrar un S.H independiente que te saque de ese “infierno” de infancia lo antes posible, mirarte cerrar la puerta de tu casa por evitar el contacto con los lazos mas directos que posees, tocar un cuerpo desentendido de quien te entrega o quita libertad.





– Silencio- (con calma)





No es un devenir de irritaciones complejas para mi austera emocionalidad, pero si un constante pensar, de lo difícil que resulta concebir la reconciliación de un mundo inconmensurable (en el sentido polarizado de la cosas – o de nosotros-) en que la tarea de empatizar con nuestro entorno pareciera más difícil de realizar en nuestros hogares que en la ambigüedad de las calles de nuestra ciudad.

Me preocupa,

Imposible hacerse cargo al céfiro de cada particularidad, pero si problematizarlo arto mas allá que lo que da vueltas entrono a tu ombligo

Colorear el vientó no es cosa de ocio
- por ningún motivo-
es en esencia, una responsabilidad.

Está declarada.-